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  • Alan Mortean

La belleza de las alturas! Entre Chile y el norte de Argentina.


Proyecto Ciclos - Diario de a bordo 25

Ya habíamos hecho 1.850 kilometros hacia el norte con la AlMa (nuestro auto) cuando llegamos en la ciudad chilena de Antofagasta. Allí fuimos recibidos por Nelson, un fotógrafo apasionado por Brasil, que tiene un websitio de viajes llamado Behind a trip (www.behindatrip.com). Durante tres noches hablamos mucho en portugués, comimos juntos, di un paseo por la ciudad en bicicleta con él, y dimos una entrevista para su sitio.

Foto 1: Hermoso trabajo fotografico. Contagiante la mirada que tiene de la vida y sus viajes. Foto: Nelson González.

La AlMa siguió con la pérdida de agua del sistema de refrigeración, por lo que buscamos un mecánico. Después de dos opiniones, sabíamos que estaba perdiendo agua a través del escape debido a una fuga en el motor. Solución: cambiamos la 'empaquetadura de la culata' en un mecánico colombiano y la fuga de agua fue finalmente resuelta. Pero antes de que pudiéramos celebrar, surgió una nueva cuestión: el escape comenzó a lanzar humo blanco.

Foto 2: Ciudad fantasma, un misterio, una historia.

Dejamos la ciudad por la mañana, y por el camino, en una subida, sentí que AlMa estaba con poca potencia, no pasaba de los cuarenta kilómetros por hora ... él humo blanco! Pero eso no pararía nuestro viaje. En el tramo hasta Calama paramos en dos pueblos fantasmas; eran ex salitreras, productoras de nitrato para fertilizantes químicos (hay varias en esta carretera), que operaba a principios del siglo XX. En una había un pequeño cementerio, y parecía que se violaron casi todas las tumbas... hasta ataúdes abiertos vimos. Un escenario intrigante.

En Calama no logramos Couchsurfing, así que estábamos "viviendo" en una estación de servicio Shell, usando wifi en una Petrobras y cargando la batería del ordenador en un Mall, hasta arreglar el auto. Fuimos en dos mecánicos y dejamos con ellos los últimos pesos chilenos que habíamos ganado trabajando en el verano; el humo blanco se ha detenido y la fuerza del motor se renovó, pusimos cuatro bujias nuevas, pero es un poco difícil de arrancar el coche por la mañana.

Desde Calama, casi a 3 mil metros sobre el nivel del mar, bajamos a San Pedro de Atacama, unos 2 mil quinientos metros, un pueblo turístico internacional y encantador que nos llamó la atención por su calles de tierra, estrechas y por 90% de sus edificios estar hechos de barro. Hermoso! Nos impresionó el número de agencias de viajes que venden varios recorridos por la zona, incluso para el Salar de Uyuni en Bolivia, que será nuestro destino en unas pocas semanas.

Foto 3: LLegando en San Pedro de Atacama.

Como un destino turístico internacional, San Pedro es caro, pero hay alternativas. Hicimos dos excursiones en la ciudad, una en el conocido Valle de la Luna y otra en la Quebrada del Diablo. En el Valle de la Luna, donde se pagan tres mil pesos para entrar, la gente suele ver la puesta del sol, y nosotros también fuímos, a bordo de AlMa. El paisaje allá es muy especial, un paisaje que sólo hemos visto hasta ahora allí, en el desierto de Atacama. Pero el mejor viaje fue desempolvar nuestras bicicletas y pedalear a la Quebrada del Diablo, a diferencia de todo lo que ya habíamos hecho; pedaleamos por caminos de tierra, cruzamos pequeños ríos y llegamos a la increíble Quebrada, que son caminos formados por el agua durante miles de años en medio de las montañas. Realmente es difícil de creer que el agua pasa por allí en algún momento, porque todo es muy seco. Al final del paseo, volvimos al camping donde estábamos durmiendo, y almuerzamos tomando cerveza y mirando fútbol ... un gran momento. Allá también podíamos haber conocido Carol Emboava, una brasileña que está viajando por Latinoamérica en bicicleta en el proyecto Giramérica, pero no puedimos comunicarnos con ella mientras estábamos allí.

Foto 4: Pedal en la garganta del Diablo.

En San Pedro decidimos seguir el camino por Argentina antes de entrar en Bolivia, pues está asfaltado. Vamos a guardar la AlMa del offroad, por ahora. Para cruzar a Argentina teníamos que pasar por el Paso de Jama, a cuatro mil cuatrocientos metros de altitud. Nuestro plan era dormir en algún punto del paso y pasar a la Argentina el otro día.

El viaje a través del paso fue especial porque pudimos levantar una pareja de mochileros argentinos y ayudar un par de ciclistas belgas, prestando una herramienta para su bicicleta. Llevamos los argentinos desde la salida de San Pedro hasta nuestro punto de parada, a treinta kilómetros de la frontera (y de ahí una camioneta los llevó), y ellos nos dieron varias sugerencias de lugares para visitar en el norte de su país, lo que guió nuestro camino hasta llegar a Bolivia.

En el momento de ascenso más fuerte el motor se calentó, fue la primera vez que eso sucedió en el viaje. Paramos, esperamos 30 minutos mientras obserbábamos el Licancabur y seguimos, despacio. El viaje fue agradable porque la conversación era buena, el paisaje era bello, e hicimos varias paradas para fotos (Licancabur y dos Salares). Por la tarde había bastante viento, lo que nos hizo recordar los relatos de Thiago Fantinatti al viajar por la Patagonia, con la diferencia de que nuestro viento se detuvo por la noche. En ese día nuestra comida se puso llena de cenizas, debido al viento que había cuando cocinamos.

Foto 5: Cocinando a 4.600msnm ¡Que experiencia!

Dormimos a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar; por la noche el frío fue fuerte, alcanzando temperaturas negativas ya que en la mañana había hielo en el parabrisas, y la botella de agua que estaba fuera del coche tenía una parte congelada. Esta fue la mañana más difícil de arrancar el coche; de hecho el arrancó en el último aliento, en la ruta, después de que lo empujamos durante varios minutos. La batería ya se había descargado y el auto prendió al final de la bajada ... qué alivio!

Seguí pedaleando hasta la frontera con Argentina, Paso de Jama, por treinta kilómetros, mientras Marcela estaba conduciendo. Los trámites migratorios fueron tranquilos, a pesar de los temores de Marcela sobre la documentación del vehículo. Sólo necesitábamos el pasaporte, el auto en el nombre de uno de nosotros (está en el nombre de Marcela) y los papeles del auto en día. En Argentina pasamos por el Salar Grande y bellos paisajes, especialmente en la Cuesta del Lipán ... un descenso de montaña sorprendente lleno de curvas, de 17 kilómetros, lo que nos llevó desde 4170 metros a 2192 metros de altitud, y a la noche llegamos al pueblo turístico de Purmamarca. Dormimos en una calle desierta, pero a la una y cincuenta de la mañana cambiamos el auto de lugar porque Marcela oyó pasos cerca de nosotros y no quizo más dormir allí.

Foto 6: Limite internacional! Salimos de Chile...

Purmamarca, en el norte de Argentina, es un destino turístico internacional declarado Patrimonio de la Humanidad. Al igual que en San Pedro, las calles y las casas son de tierra, hay varios pequeños restaurantes y vendedores de artesanías en las calles, manualidades con los colores y las formas típicas del norte de Argentina y altiplano andino. En este pueblo se encuentra el famoso Cerro de los Siete Colores, una montaña que tiene siete colores diferentes, resultado de las diferentes capas sedimentarias marinas, lacustres y fluviales acumuladas por más de 75 millones de años.

Foto 7: Encantamiento de los Siete colores.

Por la tarde fuimos a Tilcara, también pequeño, tranquilo y hermoso, pero es un lugar turístico, y todo tiene un precio; por eso no visitamos el Pucará de Tilcara, una ruina de una fortaleza Inca, ni museos. Nos duchamos y dormimos en una gasolinera en la entrada de la ciudad.

Nuestro próximo destino era Humahuaca, la ciudad que da nombre a la Quebrada de Humahuaca, que comienza cerca de Purmamarca. En el camino levantamos a Felipe, un hombre de 72 años de edad lleno de energía, agricultor orgánico y ansioso (según él mismo), que nos recomendó lugares para visitar en Bolivia, nos pasó el contacto de su hija que vive allá, nos llevó para conocer el mercado central, el santo de las 12 horas (una estatua mecanizada de San Francisco que todos los días a las 12 horas aparece en la torre de la iglesia con música de fondo), y nos pidió para tratar de encontrar una prima bailarina suya que fue a Brasil hace 40 años, y parece que viven en Belo Horizonte.

Foto 8: Salar Grande, no es posible abrir los ojos!

Sin una buena información turística en la ciudad, seguimos hasta Abra Pampa, donde, como su nombre lo dice, emepieza una pampa (un terreno más o menos plano con una vegetación baja) donde vimos varias llamas, y dormimos adelante de la Gendarmería (policía que opera cerca de las fronteras, Argentina), en un pueblo llamado Puesto del Marqués.

Bolivia ya estaba luego allí...

Información del viaje

Mapa de ruta

Día 377 al 391, 3 al 17 de abril de 2016

De: Las Negras (posto de gasolina Copec)

Para: Puesto del Marqués (em frente à Gendarmeria)

Gastos hasta el momento (R$): 20.039,47

Gastos por día (R$): 51,25

Distáncia em bicicleta hasta ahora (km): 3364

Distancia a dedo, en autobús, barco y tren hasta la fecha (km): 6923

Distáncia hecha com la AlMa hasta ahora (km): 3112

Agujeros en neumáticos hasta ahora: 12

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