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  • Os Antípodas

Una puntita de Guatemala


Proyecto Ciclos – Diario de a bordo 41

Este es el Diario de a Bordo más corto del viaje, pues se trata del período en el que estuvimos en Guatemala, tres días.

Era 8 de marzo de 2017, día Internacional dela Mujer. Nos despertamos a las 5:30 de la mañana, ordenamos nuestras cosas y salimos del buen hospedaje donde habíamos dormido. Al día anterior habíamos dejado una biblia en un punto de bus al lado de la ruta, para que alguien la cogiese, y cuando pasamos por allá en este nuevo día ella ya no estaba.

Hace algunos meses yo tenía ganas de leer el libro más famoso de la humanidad, la biblia, desde una perspectiva histórica. En un domingo por la mañana, cuando estábamos en Nicaragua, en Managua, alguien nos tocó la puerta. Yo la abrí y vi dos señores, que se presentaron como miembros de los Testigos de Jehová. Empezamos a conversar y en algún momento yo les comenté que tenía ganas de leer la biblia. Nos despedimos y, treinta minutos después, ellos volvieron y nos regalaron una. Yo estaba leyendo en este momento un libro de Nelson Mandela, pero dejé la biblia guardada.

Después, en Honduras, en la casa de nuestra amiga Gabriela, católica, estuvimos hablando sobre religión y espiritualidad, y le comenté que habíamos ganado esta biblia, y ella nos dijo: “si quieren una biblia católica latinoamericana yo les regalo esta que mi hermana no usa”. Aceptamos el regalo. Fue así que mi pensamiento se transformó en realidad. Yo quería leer la biblia, y algunos meses después tenía dos en las manos. Como no hacía mucho sentido cargar dos biblias, aún menos en un viaje en bicicleta donde cada peso extra representa un esfuerzo más, dejamos una de ellas en este punto de bus, de regalo a alguien.

Camino tranquilo y llano hasta la frontera, que estaba casi deshabitada. Sellamos el pasaporte con el sello de salida de Honduras y seguimos. Extrañamente, la Aduana de Guatemala nunca aparecía. Estábamos en un especie de tierra sin dueño, una zona de transición, pues ya habíamos salido oficialmente de Honduras, pero no habíamos aún entrado en Guatemala. Seguimos pedaleando; 12 km después, vimos una casita al lado de la ruta en donde se leía “Migración”, y paramos. Allá sellamos la entrada al país y cambiamos un poco de plata (en esta vez no nos cobraron para salir de un país ni para entrar al otro). Ahora sí estábamos oficialmente en Guatemala!

Pedaleamos por 65km en una ruta que bien podría ser de Honduras, ya que no sentimos ningún grande cambio al cruzar la frontera. Algunos quilómetros antes de Puerto Barrios, una ciudad que está en la punta este del país, encontramos tránsito pesado y ruta mala. Este era nuestro destino y también la única ciudad donde estaríamos en Guatemala.

En la ciudad hay un puerto; quizás el grande flujo de mercancía y personas que él atrae afecta el costo de vida de la ciudad, pues ella no es bonita ni ordenada, pero, a pesar de eso, los precios de hospedajes y de la comida en general nos parecieron altos. Acabamos encontrando un hospedaje de 100 quetzales (aproximadamente 50 reales), con baño y TV, pero al lado de una ruidosa avenida, y con unas cucarachas… Sí, cucarachas. Reordenando las camas en el espacio, para hacer entrar las bicis, moví la cama y tres cucarachas salieron. Nos quedamos allá pues no teníamos ganas de ir buscar otro lugar, y porque el juego de Barcelona contra el Paris Saint-Germain iba a empezar, y lo queríamos mirar, jejeje.

Al otro día salimos temprano para buscar otro hospedaje, pero no encontramos nada mejor con el precio que estábamos pagando. En la tercera noche en el mismo hotel cambiamos para una habitación de 60 quetzales, sin TV y con baño compartido, y con cucarachitas, que aparecieron al mover una mesita.

Mucha lluvia acompaño nuestros días en Guatemala, lo que nos causó incertidumbre sobre cuando podríamos cruzas a Belice, pues íbamos en barco desde Puerto Barrios hasta Punta Gorda; un trayecto que no queríamos hacer debajo de lluvia. Así, después de tres noches, y confiando en la previsión del tiempo, resolvimos partir.

Para salir de Guatemala por vía marítima tuvimos que pagar 80 quetzales (aproximadamente 40 reales) por persona en la migración, más 200 quetzales por persona en el barco, más 25 quetzales por bicicleta. Habían tres horarios diarios desde el pier de la ciudad, el barco es pequeño, para unas 15 personas, y el trayecto es de una hora y media entre Puerto Barrios, en Guatemala, hasta Punta Gorde, en Belice. El viaje fue tranquilo, con el mar un poco más movido en los últimos 30 minutos. En la mitad del camino empezó una fina lluvia, e los “marineros” rápidamente sacaron una lona para cubrir las maletas y dieron plásticos para los pasajeros proteger sus piernas. Un servicio de lujo, jeje.

Nuestra primera impresión de la “desconocida” Belice fue positiva, pero eso dejamos para el Diario de a Bordo 42.

Informaciones del viaje:

Mapa del trayecto:

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