Proyecto Ciclos - Diario de a bordo 26
Durante la madrugada de ese 18 de abril arranqué el auto durante diez minutos, poniendo a prueba una nueva técnica para facilitar el encendido del motor por la mañana. Mi teoría era que al hacer esto, el motor no estaría tan frío en las primeras horas del día, y sería más fácil encenderlo.
A las 6:30 Marcela abrió la cortina y una bola naranja entre las montañas en el horizonte, envió su luz a nuestra casa rodante. Energizado, me cambié de ropa, salté en el asiento del conductor y encendí el motor. En el segundo intento AlMa despertó. Miré a Marcela y sonreímos: ¡El día había empezado bien!
Nuestro plan para el día era parar en La Quiaca, la última ciudad argentina. Pero en un viaje (y en la vida), tan importante como planear es saber improvisar: necesitábamos wifi, y ya que no encontramos en la ciudad decidimos cruzar la frontera y dormir en Bolivia.
Foto: Llegamos na fronteira, La Quiaca , Argentina.
Migración
La migración fue tranquila; la lección del día ocurrió cuando dejamos el coche en un aparcamiento pago para ir realizar los trámites migratorios, orientados por la cuidadora del estacionamiento. Cinco minutos más tarde descubrimos que no era necesario dejar el coche allí y volvimos a recogerlo y pedir la devolución del dinero, lo que no logramos, pero no nos fuimos antes de Marcela descargar todo su español con la chica.
Llegamos a Villazón, la primera ciudad de Bolivia, separada de La Quiaca por un río. En la entrada de la ciudad hay muchas tiendas que venden de todo, junto a varias casas de cambio. La oficina de turismo se encuentra en la plaza central, en un edificio nuevo y hermoso, pero la calidad de la información proporcionada es mala. Se nos dijo que habían sólo dos opciones de alojamiento (vimos por lo menos diez) y se equivocaron de lejos con los precios cobrados. Dormimos dos noches allí, para empezar a acostumbrarnos al nuevo país, nueva moneda, comida y cultura, en un hotel sencillo y barato (R$25,00 por día para la pareja y un adicional de R$5,00 por día por el aparcamiento).
Foto: Lindas paisajes de una Bolivia que surprende.
Uyuni
En los dos días siguientes estuvimos en un camino de tierra de 200 kilómetros, de los cuales pedaleé 50, que une Tupiza a Uyuni, donde está el famoso salar de Uyuni, el mayor del mundo. Para mí este fue el camino más bello y completo hasta el momento: pasamos por tramos de carretera en buen estado, costillas de vaca, arena, piedra, piedra suelta, cruzamos ríos poco profundos, hicimos una parte del camino en el interior de un río, vimos dunas de arena, tierra roja, naranja, marrón y blanca, montañas y colinas, algunas cubiertos de nieve, esculturas naturales en las rocas... fue una agradable sorpresa. Un camino hermoso para hacer en auto, motocicleta o bicicleta, sin prisa. Yo quería pasar al menos una noche más allá, pero Marcela quería seguir pronto a Uyuni para allá hablar, pues estábamos en un brote de impaciencia mutuo.
Foto: Salar do Uyuni, un día distinto.
Llegamos por la noche a la ciudad, Marcela estaba en un mal estado de ánimo y no se sentía bien de salud, tenía falta de aire y los labios un poco morados. Después descubrimos que ella sufría del mal de altura, ya que estábamos a unos 3500 metros. La recomendación para el mal de altura es permanecer en reposo, y si los síntomas no mejoran después de unos días, la solución es bajar a altitudes más bajas; fue lo que hicimos, después de pasar dos noches descansando en un hotel sencillo en la ciudad.
La mañana en que partimos de Uyuni fue la mañana de la Ley de Murphy: por la mañana el auto no prendió y la batería se descargó; compramos un galón de 20 litros de gasolina pensando que era diésel; fuimos a la estación de servicio para poner diésel en el tanque del auto y la bomba estaba seca y, finalmente, estuvimos a punto de quedar atrapados con el auto en el barro
durante nuestra visita al salar de Uyuni.
El combustible en Bolivia
En Bolivia, el precio del diésel es Bs3,74 por litro; Sin embargo, para los extranjeros esta cifra se eleva a Bs8,88, más del doble, lo que sería equivalente a aproximadamente R$5,00 por litro, lo que me parece un precio demasiado elevado. Pidiendo a algunas personas y también en las estaciones de servicio, he encontrado que, llevando un galón de combustible, ellos podrían hacerme un precio intermedio. Otra opción es pedir a alguien que lo lleve al galón en el puesto, pagando Bs3,74 por litro, y luego darle una propina.
Sucre
Ese día viajamos 310 kilómetros de Uyuni a un punto de la carretera a 100 kilómetros antes de Sucre. El camino está lindo entre Uyuni y Potosí a través de las montañas. Salir de Potosí es difícil porque no hay señalización; tuvimos que pedir información unas cinco veces para encontrar el camino. Terminamos durmiendo en un camino de tierra junto a la carretera, un lugar protegido de la vista de los autos.
Foto: Una foto por favor.
Sucre es la capital de Bolivia, mientras La Paz es la sede del gobierno, sea lo que sea. Su centro es bello y organizado, con una hermosa plaza central arbolada. Es una ciudad histórica, colonial, con muchos turistas de todo el mundo. En ella hay una gran cantidad de atracciones culturales y museos. Su mercado central, así como los de otros pueblos por donde pasamos, es un lugar con mucha vida, colores, texturas, olores y sabores, donde el visitante es invitado por sus cinco sentidos a conocer un poco de la rica cultura boliviana. ¡¡Nos encantan mercados centrales!! Dormimos dos noches en la ciudad, en el centro, frente a la estación de policía, y en la noche de despedida comimos una rica hamburguesa de quinoa, uno de los tres super cereales andinos.
Foto: Centro historico de Sucre, muy lindo!
En Chile, en las ciudades del mismo tamaño que Sucre (260.000 habitantes), y más pequeñas, encontrábamos hipermercados como Jumbo y Lider (Wall Mart); en Bolivia encontramos mercados centrales ricos y diversos, con decenas o cientos de pequeños puntos de venta, atendidos en su mayoría por mujeres, las "cholas". ¿Cuál sociedad es más desarrollada?
El aeropuerto
Dejamos Sucre antes del amanecer y viajamos unas pocas horas antes de parar para el desayuno por la mañana al lado de la ruta, cuando comimos API, la bebida tradicional boliviana hecha con harina de maíz, clavo de olor, canela, azúcar y frutas secas (durazno, por ejemplo). ¡¡Nos encanta probar nuevos sabores!! Se nos dijo que la ruta hacía Cochabamba estaba toda asfaltada, pero hicimos varios kilómetros en un hermoso camino de piedras, subiendo y bajando pequeños cerros hasta llegar a un gran y llano valle donde está Cochabamba y otras ciudades. Esa noche terminamos durmiendo en el estacionamiento del aeropuerto de Cochabamba, y fue genial. La idea de dormir en aeropuertos, en las grandes ciudades, Marcela había visto en un blog de otros
viajeros en automóvil.
Foto: Desayuno en algun sitio de Bolivia.
En menos de diez días ya habíamos llegado a Cochabamba y estábamos a sólo 400 kilómetros de la frontera con Perú. Si todo va bien, el otro día que vamos a un Ashram chamánico cerca de Cochabamba. En auto es tan rápido...
Información del viaje
Mapa de ruta
Día 392 al 400, 18 al 26 de abril de 2016
De: Puesto del Marqués (Argentina)
Para: Aeropuerto de Cochabamba (Bolivia)
Gastos hasta el momento (R$): 20.797,95
Gastos por día (R$): 51,99
Distancia en bicicleta hasta ahora (km): 3414
Distancia a dedo, en autobús, barco y tren hasta la fecha (km): 6923
Distancia hecha con el AlMa hasta ahora (km): 4310
Agujeros en neumáticos hasta ahora: 12
