Conociendo Bolivia
El trayecto que hicimos en Bolivia fue de Villazón a Copacabana, en auto, pasando por Tupiza, Uyuni, Sucre, Cochabamba y La Paz. De Tupiza a Uyuni hay un tramo en tierra de 200km que es lindo- lo hicimos en dos días, pero en época de lluvias nuestro auto no lograría hacerlo.
Normalmente las condiciones de las rutas son de medianas e buenas, con varios tramos en construcción; así, la tendencia es de mejora continua en los próximos años. El gobierno nacional viene invirtiendo bastante en la mejoría de las rutas, usando plata fruto de la nacionalización del petróleo boliviano, plata que antes se iba al exterior.
Casi no hay señalización en las rutas. En la duda sobre qué dirección seguir, lo mejor es preguntar para la gente. Las leyes tampoco son todas respetadas; es común ver autos parados y andando en la contramano, sin que eso cause sorpresa en las personas. Donde hay muchos autos en tránsito puede ser una locura, comparable e los videos que hay en internet sobre el tránsito indiano.
Hay peajes en las rutas; en algunos puntos ellos son bastante simples, con una cuerda cruzando la ruta e impidiendo el paso; el chofer tiene que bajar del auto e ir a pagar el peaje en la cabina al lado de la ruta, y desde allá el responsable afloja la cuerda. El peaje más caro que pagamos fue de ocho bolivianos, lo equivalente a aproximadamente cuatro reales.
En el diverso territorio boliviano hay el chaco (una especie de sabana), hay selva, hay la Cordillera de los Andes y el altiplano andino, con altitudes que van de las pocas centenas de metros sobre el nivel del mar hasta montañas con más de cinco mil metros. Nuestro trayecto se concentró en el altiplano andino; Uyuni, Copacabana y La Paz están entre los 3,5 y 4 mil metros de altitud, mientras Sucre y Cochabamba están entre 2,5 y 2,8 mil metros. En esta realidad, la AlMa, nuestra Citroën C15 2006, motor 1.9 a diésel, que vivió toda su vida en el nivel del mar, presentó dificultades para prender por la mañana, por el frio ambiente y por la menor cantidad de oxígeno en el aire. Eso nos llevó a visitar algunos mecánicos, hacer un cambio en su correa de distribución y, cuando teníamos que salir con ella por la mañana, a prenderla a cada tres o cuatro horas durante la noche y la madrugada… ¡¡¡Sí, una linda experiencia!!!
Un detalle importante en el país es que el combustible tiene un precio diferente para los extranjeros. Un ciudadano boliviano paga por el litro de diésel un poco más de tres bolivianos y medio (aproximadamente US$0,50), mientras un extranjero para más de ocho bolivianos (aproximadamente US$1,10) por la misma cantidad de combustible.
