Proyecto Ciclos – Diario de a bordo 39.
Después de pedalear los últimos 20 kilómetros de Costa Rica, cruzamos la frontera hacia Nicaragua. Fue la primera vez que se nos pidió la vacuna contra la fiebre amarilla, debido al brote que vive el Brasil, y una vez más tuvimos que pagar el impuesto de salida del país. Esta vez nos cobraron, entre salir de Costa Rica y entrar a Nicaragua, 19 dólares por persona, lo que ya se ha convertido en una constante en los países de América Central.
Nuestro primer destino en las tierras nicaragüenses sería el hogar de un brasileño, Rafael, que ha vivido aquí por más de un año trabajando en la industria de la caña de azúcar. Muy amable, nos ofreció la comodidad de su casa y nos llevó a ver una de las ciudades más turísticas de la costa del Pacífico del nuevo país.
Nuestro camino por este país, que se nos presentó llano y fácil de andar, no estaba definido. Planeábamos establecerlo con seguridad en la casa de Rafael, pero no pudimos porque él iba a viajar por trabajo el otro día y no podríamos estar en su casa. Bueno, son cosas que pasan.
Nos levantamos a las 5 de la mañana con destino a alguna parte, jejeje, y el viaje estableció su propio camino... La ayuda llegó nada menos que de Brasil. Kerli nuestra amiga médica brasileña que estudió en Cuba, nos presentó Dixinia, nicaragüense que también estudió en Cuba y vive en Brasil. Dixinia, distante y con el horario tan diferente (Nicaragua en 4 horas menos que Brasil) logró ayudarnos contactándonos con otros dos médicos llamados Juan y Diamantina. Y así nuestra ruta a través de Nicaragua comenzó a formarse.
Juan vive en Granada, ciudad turística colonial en las orillas del Lago de Nicaragua, rodeada de volcanes activos. Llegamos a su casa después de 71 kilómetros en una ruta tranquila y llana, con viento que refrescaba el calor centro-americano que dejaba muy agradable el pedaleo. Llegamos a la ciudad temprano y tuvimos tiempo para conocer el centro turístico y conectarnos a través de la conexión wifi gratuita que existe en las plazas públicas de Nicaragua, una maravilla!!! Pasamos dos noches en su casa, descansamos, comimos alimentos tradicionales, tomamos cerveza nacional y visitamos el volcán Masaya que fue sin duda La Experiencia. Este volcán está activo y es posible, desde un mirador situado al lado de su cráter, observar el movimiento magmático abajo. Increíble! Nos quedamos completamente impresionados por esta manifestación de la naturaleza. Una sensación parecida a la que tuvimos en la Patagonia argentina cuando visitamos el glaciar Perito Moreno. Y todo ello con un costo muy bajo; Nicaragua es considerado el país más económico de América Central y en este día realmente notamos esta economía, ya que pagamos 6 dólares por persona para entrar y tener un vehículo privado que nos transportaba por el parque (no se les permite a los turistas ir a pie o en bicicleta por el riesgo de erupción).
Tatiana es amiga de Alan; ellos se conocieron en México en 2011 durante un curso sobre saneamiento ecológico; nicaragüense de Managua, ella nos invitó a estar unos días en su ciudad, encontró un lugar en donde pudimos dormir y nos mostró la ciudad y sus alrededores. Estuvimos 5 noches en la capital, Marcela en su período menstrual necesitaba descansar, no deseaba pasar dolores como había ocurrido en Panamá. Durante estos días conocimos varios lugares turísticos dentro y fuera de la capital, hablamos sobre el movimiento sandinista y la revolución (1979), conocemos el mercado y un poco de la tradición y cultura de Nicaragua. Además, ella llevó Alan a conocer el espacio donde se creará un centro de demostración de tecnologías de agua y saneamiento, y ellos pudieron intercambiar ideas sobre dónde instalar algunos baños secos. Como si eso no fuera suficiente, Alejandra, su sobrina, nos puso en contacto con el diario Metro, de Managua, que publicó un artículo sobre nuestro viaje. No tenemos palabras para agradecer el cariño que se nos brindaron Tatiana y Alejandra, con su enamorado Paul. Aprendimos y disfrutamos mucho. Muchas muchas gracias!!!
Partimos de la capital rumbo a la ciudad de León, la antigua capital, y también una ciudad colonial turística. Los 90 kilómetros que unen las dos ciudades pertenecen a la turística Ruta de los Volcanes, o sea, hay muchos volcanes en todo el trayecto; para nosotros que no estamos acostumbrados a ello, siempre es una alegría ver un volcán imponente y majestuoso en el paisaje.
Llegamos a la ciudad a las dos, Marcela ya recuperada de su período menstrual comenzó a mostrar síntomas de un resfriado. Léon está situado cerca de la frontera y sería nuestra penúltima ciudad de Nicaragua, donde seríamos recibidos por Diamantina, también amiga de nuestra amiga Dixinia, recuerdas? Ella nos recibió en su casa por 5 noches, hasta que Marcela se recuperó. Perteneciente a una familia católica y también revolucionaria, con un tío que es sacerdote y familiares que lucharon y murieron durante la revolución sandinista, Diamantina nos contó acerca de este período revolucionario y sobre el período político actual del país, donde el actual presidente (Daniel Ortega), se encuentra en su tercer mandato y tiene a su esposa como vicepresidente... esos fueron días de descanso, reflexión y planificación.
Con Marcela ya recuperada, nos pusimos en marcha hacia Honduras. Serían 115 kilómetros hasta cerca de la frontera, y así lo hicimos. Llegamos a la ciudad fronteriza por la tarde y encontramos un alojamiento barato para pasar la última noche en este país, tomando una ducha con taza porque no había agua en las tuberías, jejeje.
Aquí llegamos sin saber nada, dejamos que Nicaragua se presentase, y ella lo hizo de una manera especial. No teníamos ni idea de los caminos que haríamos, no teníamos información concreta sobre el país, pero el girar de nuestros pedales fue formando nuestra historia nicaragüense, con grandes amigos, lugares inolvidables, historia, revolución, cultura y comidas deliciosas.
Sin duda volveríamos aquí! Besos!
Informaciones del viaje:
Mapa del trayecto:
